PAICOL (LA PUERTA AL VIENTO)

Así lo vivimos

Nos levantamos en un pueblo llamado Tesalia a las 6 AM con el propósito de estar a las 8 en Paicol, pero se nos terminó convirtiendo en la clásica colombiana: la levantada, la desperezada y la logística pa’ la bañada con los compañeros de viaje.

Tesalia fue una opción que tuvimos que tomar, ya que el alojamiento en Paicol (un pueblo muy pequeño) estaba totalmente cubierto por ser temporada alta. El pueblo donde tuvimos que hospedarnos está a 15 minutos  en jeep, taxi o mototaxi desde el parque central hasta Paicol. Tesalia es igualmente agradable, y el alojamiento fue en una finca hostal que maneja un costo muy cómodo (15.000 mil pesos por persona). Si les es útil les dejo aquí el número telefónico del contacto que los puede ubicar en alojamiento tanto en Tesalia como en Paicol.

María Helena: 315 8597497

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Finalmente logramos salir a eso de las 7:40 AM a un trayecto de 10 minutos a pie y otros 15 minutos en un jeep que nos transportó hasta Paicol y nos costó 15 mil pesos a los 5, (de 3 mil por cabeza). Entrando al pueblo me preguntaba por el origen de este lugar y cómo hasta el momento nunca antes había escuchado sobre un pueblo con este nombre. Cuando llegamos a Paicol, precisamente a la entrada del pueblo, vimos la única casa con una arquitectura a base de guadua muy bonita, ese es el punto de Naventura; allí nos bajamos, guardamos maletas y conocimos al personal que ya nos esperaba para arrancar las travesías extremas.

Posteriormente, en una conversación con uno de los instructores de los deportes, me enteré que los indígenas quechua que anteriormente habitaban allí le habían puesto Paicol al pueblo pues en su lengua significaba “la puerta al viento”, y para ellos era una de las capitales y ciudades importantes para su desarrollo.

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A eso de las 9am emprendimos camino al río Páez, que está como a 5 – 10 min de la agencia de deportes extremos. Los encargados te dan todo lo necesario en cuanto a seguridad: casco, y chaleco. Ya con pala en mano y chaleco puesto nos dispusimos a entrar al río donde nos esperaba el bote y el guía para darnos las instrucciones a seguir, las cuales casi no escuche por andar en otras cosas ✌️, por lo que lo único que me quedo en la cabeza fue » Regla uno: si caes al agua lo primero que debes hacer es sonreír”; y una vez pasado esto, nos dispusimos a entrar en contacto con este deporte. Si no lo has hecho, deberías intentarlo alguna vez pues entras en un momento en que el trabajo en grupo con tus amigos lo es todo, mientras el guía te da las instrucciones: “adelante, atrás, derecha, adelante, izquierda, adelante, alto”, y con euforia «¡REMOS ARRIBA!”, ese es el momento de botar la adrenalina: pasas cualquier cantidad de rápidos, saltas, rompes el río con el bote, tomás agua si te caes, eso sí recuerda reír así tomes agua y el río te de media vuelta, pues todo hace parte de una gran experiencia. A la mitad del Río te dejan nadar, y pasada casi una hora terminas el recorrido.

¡Genial!, ¿no? Como para volver a repetir.

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